INGREDIENTES
5 huevos gordos
90 g de aceite
300 g de azúcar
400 g de harina
16 g de levadura en polvo
370 g de leche condensada
200 ml de nata líquida (crema de leche)
200 ml de leche evaporada (o leche normal)
500 ml de nata para montar (crema para batir)
150 g de azúcar glas
1 tarrina de queso crema light
Canela en polvo
PREPARACION
Comenzaremos preparando el bizcocho y para ello pondremos en el bol de nuestro batidor mecánico los huevos con el azúcar. Los batiremos a velocidad máxima durante 5-7 minutos hasta que consigamos una mezcla homogénea de color blanquecino que ha aumentado considerablemente su tamaño.
A continuación, bajamos la velocidad a media intensidad y agregamos el aceite. Cuando éste se haya integrado en la mezcla, bajamos la velocidad al mínimo y vamos añadiendo la harina mezclada con la levadura cucharada a cucharada hasta que esté toda mezclada.
En ese punto, engrasaremos un molde de aro desmontable (de 26 cm de diámetro en mi caso) con spray desmoldante o untado en mantequilla y harina espolvoreada en su defecto. Volcaremos toda la mezcla en su interior y lo moveremos un poco para que todo quede a la misma altura.
Encendemos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo SIN ventilador, y cuando esté caliente metemos el bizcocho que estará horneando durante 55 minutos aproximadamente.
Pasado ese tiempo, pinchamos el bizcocho con una aguja y si ésta sale limpia, lo retiramos del horno y esperamos a que se enfríe.
Una vez frío, cogeremos un cuchillo grande y cortaremos el bizcocho a ras del molde y quitaremos la parte cortada.
Luego mezclaremos en un vaso medidor los 200 ml de nata, la leche condensada y la leche evaporada, y volcaremos una parte sobre el bizcocho, que extenderemos bien por toda la superficie para que absorba por igual. Cuando haya absorbido todo el líquido, pondremos más y así sucesivamente hasta ponerlo todo.
Ahora montaremos la nata en el batidor mecánico poniendo en el bol los 500 ml de nata para montar y el azúcar glas. Cuando esté casi montada, añadiremos la tarrina de queso crema y batiremos hasta que esté perfectamente mezclado con la nata.
Acto seguido, ponemos una buena capa de nata en la superficie de la tarta y cubrimos el lateral con tiras de nata de abajo hacia arriba con la ayuda de una manga pastelera.
Para rematar pondremos canela en polvo por encima de la tarta u otro motivo decorativo que se les ocurra.
Listo y a servir!